Blogoteca 20 Minutos

lunes, 29 de marzo de 2010

Cine de Miedo. (6). Hoy: "Maik, tienes que ver esto".

Esta socorrida frase se da cuando el que la pronuncia topa de bruces con una situación, una escena, un "algo" con lo que no acaba de comulgar; no se queda convencido del todo y, por tanto, solicita soporte técnico para dar fe (ante "notario") de que se encuentra, efectivamente, ante un hecho poco eventual y, de paso, constatar que su imaginación no le está jugando una mala pasada.
Para adquirir plena conciéncia de lo que estamos hablando, nada mejor que unos pocos ejemplos gráficos basados (como siempre) en hechos reales. Respetaremos, por tanto, en la mayor medida de lo posible, el lenguaje original de la secuencias expuestas; también nombres y lugares.

SITUACION 1.

LLega la madera al lugar de la masacre, todo lleno de sangre, visceras, tripas y todo el asco del mundo reconcentrado, vale. Los inspectores, con sus cafeses de plástico reciclable y su documentación colgando del cuello rollo cesei-efebei, con el vasileo y sus lupas de sol puestas, o sea, como wil esmit en "Dos Maderos Rebotaos". Y entonces sale uno de una habitación y le dice al otro:

- Maik, tienes que ver esto.
El Maik que se va para la habitación con cara de Dios mío qué mente enferma habrá podido hacer ésto, en que país vivimos, por qué lo permites tú que todo lo ves.
- ¿Qué ocurre Badi?
- Estos notas echaban la quiniela Maik.
- ¿Y? ¿Alguna huella?
- No. Que tienen 14 acertados mas el pleno al 15 que es el Mallorca-Barcelona, sabes.
- ¿Pero qué me estás contando Badi?
- Lo que yo te diga, nen. Con 9 variantes, encima. 5 doses y 4 empates.
- ¿Sabe ésto alguien más?
- No, pero espera que cojo una sabana y hago una canparta con las letras bien grandes.
- Puto Badi, qué cabrón eres. Choca esos cinco hijoputa.

SITUACION 2.

Una chica y un chico, enamorados (en principio), van para Albacete, y en medio del camino se paran, y coge el tío y se la...., y bueno, y eso, que se conoce que se han quedado sin gasolina y dejan la furgoneta en el arcén de la N-430. Dentro de la furgoneta se queda la otra pareja, la cual aprovecha la coyuntura para realizarse tocamientos mientras nuestros protagonistas van en busca de ayuda. Jiji, juju, a ver lo que haceis por ahí los dos solos, no tardeis mucho, etc., etc.
Caserón en medio de los áridos campos de Albacete. 52 grados el solano a las 15:30h. de la tarde. Las arañas por el suelo de puntillas, y los lagartos con gorras con visera con patrocinio incluido (Talleres Palomo) y gafas de sol. Hola, hola, hola, y que no contesta nadie. Solo se siente el ruido de un compresor, sabes, es decir, que alguien tiene que haber por narices. Se meten para dentro la casa. La chica es más audaz y desaparece tras la primera puerta. Y al cabo de un minuto escaso y aproximadamente 24-25 segundos, se oye:
- Maik, tienes que ver esto.
- ¿Dónde estás?
- Aquí.
Se guía por la voz y tras atravesar varias estancias decoradas con un gusto naif más que dudoso, la encuentra en lo que parece el salón-comedor.
- Hostia puta, ¿pero esto qué es lo que es? ¿y por qué me llamas Maik si yo me llamo Yak?
El comedor, a bote pronto, parece un Todo a Cién de los chinos después de un movimiento de tierras grado 7 escala Richter. Lleno, por supuesto, de objetos exóticos. Así, a bote pronto:
25 cabezas de esqueleto de jabalises. 422 huesecitos colgando del techo. 42 cabezas de esqueleto de vaca en las paredes. 27 frascos llenos de ojos. 34 frascos llenos de dedos cortados. Muchos llevan anillos. Un Monopoly. 4 estómagos de animal no identificado, loncheados y envasados al vacío encima de una mesa. 7 hígados a punto para rebozar. Al lado, un plato con huevo y otro con harina. Una Playstation 3 con los mandos y la caja del Singstar de Georgie Dann. Media pierna humana envuelta en papel de plata. Y luego, cuatro pares de bambas Naik, dos de Convers, cinco de Adidas y tres pares más de Vans a cuadritos, las bambas más feas del mundo. Una de las Convers todavía contiene dentro el pie. El tobillo no engaña. Y por último, un árbol de Navidad decorado con luces encendidas.

- Vaya putada.
- ¿Putada por qué, Yoselin?
- Ninguna de las bambas es de mi talla, capullo.
- Eh, eh, eh..., que tampoco tienes porqué rayarte conmigo, tía.
- Pues no me llames Yoselin, que sabes que no me gusta.
- ¿Y el arbol de navidad, qué?
- A mí qué me cuentas, pavo. Anda, deja de darme la brasa y cúrrate algo.

Tan tranquilos. Mirándolo todo. Con la parsimonia, liándose un canuto. Yo, personalmente, en cuanto veo la primera cabeza de jabalí..., vamos, es que adelanto al AVE camino de Alcazar de San Juán. ¿Como el chaval ese que vivía en Smallville?, pues lo mismo. O más rápido, si cabe. Pero claro, esta juventud, que se piensa que lo sabe todo. Con esos aires que me traen de sabiondos y ese pasotismo botellonero. Lo tienen todo hecho. Se despreocupan. Han crecido sin mamar unos valores fundamentales. Pues qué quieres, Josemanué. Total, que luego ya sabeis lo que pasa: que aparece el que estaba rebozando los hígados con un martillo de matarife en la mano, con pocas ganas de diálogo civilizado entre personas humanas, y entonces vienen las lágrimas.

SITUACION 3.

- Maik, tienes que ver esto.
- ¿Qué pasa ahora, Badi?
- Pasa que la vecina de enfrente se está despelotando viva.
- Vamos a lo que vamos, Badi, que tenemos trabajo aquí. ¿Has llamado a Bobi para las huellas?
- Maik...
- ¿Qué pasa?
- Que ahora se está tocando encima de la cama, por debajo las bragas.
- Maldito hijoputa de Badi, ¿quieres ponerte a currar antes de que llegue la cientifica?
- Maik...
- ¿Quéeee?
- Tienes que ver esto, muchacho.
- ¿Joder, qué pasa?
- Se está introduciendo un vibrator del tamaño de un pepino para ensalada allá por donde se supone que debería de amargar.
- Maldita sea, Badi. A ver!!!
Se asoma a la ventana. Tras unos instantes, se seca el sudor de la frente con un kleenex. Se gira para Buddy.
- Deja que piense. Esto es importante.
- Claro, Maik.
- A ver... ¿has guardado la quiniela, no?
- ¿Tú qué crees?.
- Entonces que le den por culo a todo. A la mierda Homicidios. Vamos a picarle a la del pepino.