Blogoteca 20 Minutos

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cine de Miedo. (3). Hoy: "Siento una presencia".

Decidme si miento: es ponerse con la tabla Ouija a jugar al Trivial Pursuit, o entrar en un caserón con fama de podrido, incluso en el pisito de tu vida, 58 m2, superhipoteca 100% a 60 años vista, que te acaban de dar las llaves, vale, con unos acabados que acojonan mazo (literalmente), y, al poco rato, alguien tiene que decir la frase magica: "siento una presencia".

De-pu-ta-ma-dre, colega. Primero la PS3 reseteada por culpa del mes de Febrero, todo el historial de trofeos y logros a tomar por saco (perdí el supernivel de respeto perril y la categoría de Ultramago Maximum Erection; dios mío, vuelvo a ser un piltrafilla) y ahora esto.

De entrada, ya, el mal rollo en el cuerpo. Eso no te lo quita nadie. Y es que, si estás en un caserón podrido, tiene un pase porque bueno, es lo típico, no, es decir, no hay caserón podrido sin antecedentes criminales y delictivos de por medio, ya sean puntuales, ya sean reiterativos en el tiempo en base a una extensa historia de fenómenos paramilitares de esos, vale. Pero que estés en el pisito de tu vida, nuevo de trinca, con los plásticos puestos todavía en la mesa, en las sillas, en el sofá sin estrenar del IKEA, todo niquelado, y que te venga el mamón de turno a decirte que siente una presencia y que, no es precisamente una hemorroide rabiosa en su ojete, a mí que no me vengan con historias, nen, que eso raya cosa mala. Pero claro, como esto son cosas que no se pueden escoger (al igual que la família política), sino que le vienen a uno así, sin más, pues no queda otra más que joderse y, tirando largo, consolarse pensando que le puede pasar a todo hijo de vecino.

Luego, cuando nos hemos situado, y medio aceptamos el asunto con cara de no he acertado la Primitiva del Jueves porque en lugar del 36 ha salido el 37, en lugar del 24 el 25, en lugar del 6 el 7, en lugar del 43 el 44, etc, etc., entonces se hacen las preguntas fijas y estipuladas, al más puro estilo Test de Autoescuela, para este tipo de situaciones. Veamos:

1.- ¿Eres hombre? ¿Mujer? Si eres mujer: ¿estás buena?.
2.- Si uno es una miaja cotilla como mi vecina la del 1º 1ª, pues entonces vienen esas de: ¿te han asesinado? ¿y quien ha sido? (esta última siempre precedida de un "no me jodas!!") ¿y te dolió mucho? ¿estás sufriendo? ¿estás mosqueao? ¿te gustan los pepinos en Verano? ¿y los que se echan al gazpacho?.
3.- Las interesadas: ¿podrías decirme los números del Euromillón de esta semana? ¿y la Quiniela? ¿el cupón de la ONCE? ¿joder, te puedo pedir tres deseos, por lo menos, o qué?
4.- Y bueno, luego están las del palo mas intimo, vale, como por ejemplo: ¿Podré follarme a la Vane? ¿Se tragará la lefa? ¿Me dejará darle por el bul? ¿Y meterle el dedo? ¿Cuántos?.

De todos modos, a mí lo que más me pone, es esa brevedad tan sugerente y exótica, rozando lo místico, de la pregunta por antonomasia: ¿estás muerto?.

No, espera que no lo está, es que el vaso esta radioteledirigido a distancia, sabes. O eso, o imantado con el tapete de la mesa que lo ha hecho la abuela con ganchillo. Se conoce que la oveja de dónde cogieron la lana para el tapete era la más puta del rebaño, ergo, no era vírgen, tú me entiendes, y eso crea estática en el tapete, como en la televisión cuando un relámpago le mete un viaje a la antena colectiva, verdad, entonces a su vez, pues claro, es quitar los dedos del vaso y ya puedes observar como va a su bola. Sin cables ni nada. A lo Wi-Fi, vamos.

Otro detalle importante a tener en cuenta: la temperatura ambiente.
Un cosa te digo, y es que se conoce que ese frío que hace de sopeton no es que la calefacción esté jodida. No, colega no. Así que pasando tres pueblos de llamar al electricista, pavo. Ni-se-te-ocurra, que no van por ahí los tiros, eh. ESO ES LA PRESENCIA, chaval. O acaso tú has visto que cuando se vaya a aparecer un espíritu, ectoplasma o, simplemente, una imagen trucada de fotografía, en lugar de decir "hostia, nen, qué rasca que hace!!!", cojan y digan "Por favor..., qué calorina que hace, macho!!!", ¿verdad que no?, pues eso.


Y es justo que hace una rasca que te cagas (todos echándose los brazos a sí mismos; "Brrrr..., qué frío, qué frío!!!"), que el vaso de Nocilla se mueve solo, las ventanas se abren, tiembla el suelo, se balancea la lámpara, se caen los cubatas recién servidos, la botella de J&B también.... En fín, que hay variedad de efectos colaterales, vale, pero lo que es niquelado, lo que nunca falla, es que las velas se apagan. Eso fijo. Y ya te aviso de algo: te pongas como te pongas, no seas tonto gastando la chufa del Zippo, que se volverán a apagar.

"Siento una presencia", dice el listo de turno. Tú mirando para todos lados como un gilipollas diciendo para tus adentros "pues yo no veo nada, sabes, pero vamos, que sí que es verdad que tengo erizados los pelillos del escroto como puntas de clavo, las cosas como son, y que no me duelen prendas en admitirlo, ojo".

- No veas, nen, qué rasca hace. Tengo los pelillos del escroto como la cabeza de Pinhead.
- Pues haz como yo, gilipollas.
- ¿El qué? ¿Buscar la presencia?
- No. Depilarmelos con la Match Fusion, corki.

Entonces va un espejo bien grande, y revienta, de sopeton: CRASSSH!!!
El intestino gordo que te dice: chavalote que sepas que llevo algo mas que aire camino de la salida. Dos gotas de pipi se han escapado y echan a correr pierna abajo.

- Yo me abro de aquí.
- Estate quieto que si no la presencia se cabrea.
- Yo no le he hecho nada, nen.
- Eso da igual.
- Qué mal rollo me das, pavo.
- Que te estés quieto, te digo, que me ha parecido escuchar algo detrás de esa puerta.
- Me estoy cagando del jiñe (R.A.E. "jiñar"). Yo me abro.
- Si te vas la maldición te perseguirá a tí, a tus viejos, y hasta a tu prima la Yoli.
- Tú te flipas. ¿Y mis viejos que coño tienen que ver en esto, colega?.
- No lo sé, pero esto funciona así.
- ¿Y la yoli?.
- ¿Tu prima? Por guarra y por calientapollas. Menuda faena le hizo hace poco a un amigo mío. Y además que yo he visto una peli en la que el espíritu se follaba a la pava y ella no podía verlo, sabes.
- Ni yo tampoco pavo.
- Es que es una peli de hace veinte años.
- ¿Tú eres corki o qué te pasa? Te estoy diciendo que no veo ningun espíritu aquí, ahora mismo, joder.
- Que te calles la puta boca te digo, que noto una presencia, joder, o sea que estate quietecito y achanta la boca ya, que pareces un loro.
- Que voy suelto, cabrón.
- Pues te aguantas, pavo.

Cuando abre la puerta tras la que había escuchado el ruido, no hay nadie. Es el cuarto de los trastos de la limpieza y se caen encima de ellos los cubos y las fregonas mal colocados previamente justo para que armen un follón de tres pares. Ahí el intestino del Rodri, inevitablemente, deja ir unos primeros efluvios. Con silenciador. Un pfffffffff.

- Huele a muerto, Rodri, te lo he dicho, colega, es la presencia.
- Ya te digo, nen.

Y entonces, sí. Entonces eres tú el que nota que no estais solos, te giras a cámara lenta como Walker Texas Rangers (mítica patada con giro de 180º), y la ves, al fondo del pasillo. Con los pelos largos. Muy largos (no descartes que lleve extensiones) y desaliñados, un camisón que algún día muy lejano fue blanco, y con unas trazas, en general, como si se hubiera acabado de levantar de un coma después de un siglo. Su piel del color de las lápidas recién pulidas. Mirándote de reojo con la cabeza ladeada ("mecagondios..., me está mirando a mí???").

Es un momento, este, en el que, aún y siendo varón, escuchas una voz por lo bajini que te dice: "Hola, soy tu regla".

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