Blogoteca 20 Minutos

viernes, 1 de julio de 2011

Vidas Cruzadas. Episodio 4.

CÁMARA 3.

En el costillar. Me dio en todo el costillar. De entrada no me dolió, por el shock, supongo, pero un segundo y unas centésimas después sentí una quemazón intensa. Por principios no solté ni una lágrima. Quería salir, la cabrona (la lágrima), pero aguanté el tirón como un jabato. Flora, debajo de mí, acurrucada, sollozaba y repetía una letanía de maldiciones sobre la estupidez humana y la destrucción del planeta. Pobrecica.

- Mazas, te has pasao, nen.
- Bué!!! Esto es precalentamiento, chaval. Tanteando el terreno. Aviso preventivo, que se dice. Tú no bajes la guardia. Donde menos te lo esperas hay un psicópata de esos ocultos. ¿Has visto El Silencio de las Ovejas?
- Es "de los Corderos" , Mazas.
- Joder, "corderos", "ovejas", lo mismo da. Se lo montan entre ellos, ¿no?.

Los tres Mossos que fumaban Marlboro discutían ahora que era más conveniente, si el Domingo hacer brasas o mejor una paella. El que propuso la paella advertía del buen hacer de su mujer para estos menesteres. Los otros se lo miraban dubitativos. Quizá hubiera sido un momento propicio para ejecutar un rápido movimiento sobre los dos más agresivos que nos rodeaban y plantear una defensa Furia Oriental. Se me pasó por la cabeza. Pero ese día, precisamente, me dejé los nunchakus en casa. Elegí la vía del diálogo y la serenidad.

- Mire usted, Sr. Mosso, yo creo que podemos llegar a un acuerdo.

El tal Mazas miró a su compañero.

- ¿Ves lo que te digo? Resistencia a la autoridad.

PAM!!!!

Esta vez me dio en el brazo, pues estuve rápido de reflejos para protegerme la cabeza. A esto se le llama bloqueo intempestivo en grado supersucker. Lo vi venir gracias a una severa serie de entrenamientos exhaustivos para grupos de élite de cuando la mili, tú mentiendes lo que te digo. El brazo se me quedó muerto. Gracias a Dios soy ambidiestro para cuando la ocasión lo requiere. Años de duro entrenamiento también, ojo.

- Mazas, tío, ¿qué haces, macho?.
- Se ha rebotao.
- ¿.......?
- Ay, alma de cántaro, cuánto tienes que aprender. Tras esa actitud se esconde claramente una intención agresiva. Si te lo he dicho antes. Este va de cordero. Y encima feo.

Esta vez si me cayó una lagrimilla. No pude evitarlo. Más que porque me dijera feo (que yo también tengo mi corazoncito, vale), porque no sentía del antecodo a los dedos de la mano izquierda. Por otro lado, la riñonada me hacía bum-bum-bum-bum. Me fijé en el cámara, que ahora concentraba toda su atención en nosotros. Tenía una tarjeta identificativa. Ponía Carlitos. Es curioso cómo una persona humana, en situaciones límite, se fija en los detalles más inesperados. La Princesa Hippie seguía en su mundo. Qué guapa era.

- Mire usted, Jefe, con todos los respetos posibles dada la situación actual, entiéndame lo que le digo, yo quisiera solicitarle, si tiene a bien escuchar estas humildes palabras, que si us plau guarde usted la porra. Ojo, no por nada en especial, eh, cuidao, que no quiero yo que malinterprete mis palabras, dios me libre a mí de soltar alguna inconveniencia y meterme donde no me llaman. Faltaría. Yo más que nada para que usted no se me fuera a hacer daño con la susodicha, eh. Básicamente. Que ya sabe que estos artilugios los carga el diablo. Es decir, yo siempre mirando por el bienestar de los cuerpos de seguridad del estado, dios me los cuide durante muchos años.
- Amigo de Jose Luís... - me dijo debajo mío Flora -. ¿Se han ido ya?.
- Tranquila, caramelito, yo te progeré.

El Pío Pío ese se quitó el casco. Su madre le había hecho la raya en medio antes de salir de casa. Probablemente también el Cola-Cao. Hacía cara de buena persona.

- Hay que ver lo bien que se expresa este hombre, darte cuenta.
- Ponte el casco, inútil, que te van a abrir la cabeza.

El cámara con su trípode (Carlitos ponía en la etiqueta) no daba abasto. Izquierda, derecha, arriba, abajo. Todo sin perdernos de vista a nosotros, además. Volaban por encima nuestro litronas, maderas, vallas, cristales, metralla de todo tipo, dos perros, tres gatos, cuatro neumáticos (uno incendiado), dos japoneses que llevaban colgando del cuello dos NIKON carísimas, una chica con las tetas operadas y la raya de los ojos hasta el cogote, estaba buena, un urbano, una abuela, cuatro Cd's de Operación Triundo, dos cassetes de Antonio Alemania y uno de Porrina de Badajoz. La Matanza de Texas.

- Es que entre el pasamontañas, la braga y el casco..., no veas qué calda, Mazas.
- ¿Pero qué haces con la braga y el pasamontañas?
- Es que mi madre se ha empeñado. Decía que hacía fresquito esta mañana y eso.

Los tres que fumaban apuraban sus cigarrillos. Uno de ellos dijo de repente "me aburro". Delante mía la Mossa por fín alcanzó al hippie al que perseguía desde hacía rato. 5 vueltas enteras le dieron a la Plaza por lo menos. El Mosso que se aburría tiró el cigarrillo al suelo, se bajó la visera y se fue donde estaba su compañera. Le hicieron un traje nuevo al hippie. Emidio Tucci. A medida. Como el hippie se quejaba cogió el Mosso y le pisó el cuello. Supuse en un primer momento que para solucionar algún tema de amigdalas inflamadas.

- Ponte el casco, joder, que pareces corki de verdad, Pío Pío, y recuérdale a este señor para qué estamos aquí.

Pío Pío se agachó delante nuestro.

- Buenos días, caballero.
- Buenos días.
- Mire, le voy a ser franco.
- No, eso no, por Dios.
- Sincero, quería decir.
- Adelante - le supliqué. El dolor en la riñonada aumentaba. Probablemente tenía alguna costilla rota por ahí abajo. El brazo caía inerte.
- Está usted inmerso en un dispositivo de desalojo de hippies perfectamente camuflado bajo lo que vendría a ser, inicialmente, un mero operativo de limpieza e higiene de la Plaza.
- Hostie, nen, podíais haber avisao.
- Ahí está el quid de la question, amigo. Estas cosas son como los huevos Kinder. Todo mu bonito pero nunca sabes qué sorpresa te vas a llevar.
- Ya, pero con los huevos Kinder las sorpresas siempre son agradables, nen.
- Eso también es verdad.

Los dos Mossos que estaban fumando también apuraron sus cigarrillos y se acercaron al Mazas.

- Tony, me estoy agobiando, tío. ¿Le metemos o no?.
- Pos va a ser que si, porque veo mu verde al Pío Pío.

Avanzaron hacia nosotros.

- Amigo de Jose Luís, ¿se han ido ya?.
- Están a punto, princesa. Están a punto.

To be continued.

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