Blogoteca 20 Minutos

lunes, 10 de mayo de 2010

Corazón fatigado. PRÓLOGO.

- Chumoski, eres un encanto de hombre pero, no sé cómo decírtelo, aunque me río mucho contigo cada vez que nos vemos y desprendes siempre esa alegría allá por donde pisas, tus ojos, algo en tus ojos, denota tristeza -me dijo mientras con un dedo repeinaba un mechón rebelde desengominado por el vaivén del amor.
- Para ser putilla, con perdón de la expresión, eh - le remarqué -, hay que ver qué arte tienes para leer las cabezas, hija mía.
- Es que soy licenciada en Psicología.
- ¿Ves tú? Es lo que tiene irse de putas finas, que por el precio de un servicio te llevas dos para casa.
- Y bien, azucarito, ¿Me lo vas a contar?.
- Hombre, pues...

Le miré los pezones, erectos y desafiantes a mi paladar y, no sé si porque esa noche me había bajado la regla antes de tiempo o porque el whisky estaba caducado y me había hecho mal efecto, el caso es que empecé a hablar, a hablar y a hablar con una incontinencia nunca vista. Supongo que llevaba esperando ese momento, sin saberlo, desde hace tiempo. Supongo que estas cosas, tarde o temprano, hay que desecharlas, expulsarlas y tirar de la cadena. Yo mismo fui el primer sorprendido.

- ¿Tienes prisa? - le dije encendiéndome un Lucky.
- Ninguna, cariño. Eso sí, dame 5 minutos y cancelo todas las citas posteriores.
- ¿Muchas?.
- Oh, bueno, 6 o 7 servicios - me contestó alargando la mano hasta la mesita de noche para coger el móvil.
- Te haré perder dinero.
- No te preocupes, voy sobrada. Además, esto no me lo pierdo por nada del mundo. Creo que tú lo necesitas y yo estoy dispuesta a escucharte.
- ¿Por qué? ¿Por qué lo haces?
- Porque me caes bien.
- Pero uno de esos clientes podría ser un Richal Guer de la vida...
- Prefiero a Chals Bronson.
- Eres un cielo, Amparo. Un poco putilla, pero un cielo. Y encima, la Vírgen del Carmen te ha dado una cabecita primorosa.

Respiré profundo y rememoré una primera escena de la película que estaba a punto de desvelar. Era Verano, mes de Agosto, un día espléndido, soleado y de alta graduación. Ese día habíamos decidido ir al parque acuático llamado "La Isla Fantasía". Los chavales y yo. De excursión a pasar el día en las famosas instalaciones patrocinadas por Justo Molinero, TeleTaxi, Automóviles Conchita y Jamones Enrique Tomás, tú me entiendes lo que te digo, no. Bueno, pues...

- ..., oye, ¿tú estás segura de que quieres que continúe?.
- Sí.
- Bueno, pues deja de manosearme el cacharro que si no no puedo concentrarme.
- Perdone usted, Señor Delicado - me contestó riendo.

No había vuelta atrás.

- Bueno, como te iba diciendo... Oye, creo que voy a necesitar unas cervecillas para esto.
- No hay problema. Tengo la nevera llena. Están en su punto.
- ¿Es una broma, no?.
- No.

No iba a desperdiciar la ocasión. Necesitaba hacerlo y ahí tenía mi oportunidad, la cual, todo hay que decirlo, yo lo reconozco, no tenía ni idea de que existiera. La miré a los ojos, mu fijamente, y le dije:

- ¿También haces quinielas?
- Si me acuerdo, sí. Y nada de a boleo. 12 acerté hace un par de semanas.

Obvié hacer más comentarios sobre su persona. Me abrí una primera lata de San Miguel (Paco, adelante, sin miedo; solo es una cerveza; una nevera llena de cervezas, mejor dicho; una putilla que está buenísima en pelotas y hace quinielas, y una historia como cualquier otra). Y le relaté todo con puntos, comas, rotondas, cedas el paso y sin omitir un solo detalle. Todo, todo, todo.

TO BE CONTINUED.

No hay comentarios: